miércoles, 24 de agosto de 2011
Nada
Jamás lo intentaste, jamás lo conseguiste. Hoy he decidido acabar contigo, acabar con tu recuerdo, coger el caldero de agua fría y arrojarlo sobre las pocas brasas que quedaban de nuestro amor. Porque he de decir en mi defensa que hay dos tipos de fuego, el que calienta los huesos en los peores días de invierno y el tuyo, ese fuego abrasador que quema el alma, que abrasa el cuerpo y convierte el corazón en cenizas. Intentaste quemarme pero no, yo nunca te quise lo suficiente como para arder contigo, quizás hubo momentos felices, quizás…, pero estamos condenados a recordar los peores. Si lo pienso nuestro final era una hoguera olvidada en mitad de la nada. Que consume todo con un hambre voraz, que lo quema todo buscando su propia autodestrucción y, sin remedio, se apaga tarde o temprano, más temprano que tarde diría yo. Lo intenté , pero , lo sé, no lo conseguí, nunca logre comprenderte, nunca logre abrirme camino entre esos ojos azules, nunca llegue a atisbar la más mínima parte de tu alma, no confíes en nadie, esta bien , me has demostrado que funciona, que no he hecho el menor rasguño en tu armadura y que tu corazón sigue tan frío como siempre. Pero esta solo y si sigues empeñada en tu actitud lo estará siempre, siento decírtelo, pero jamás sabrás lo que es el amor, no llegarás a depender de nadie, no sufrirás, pero no amarás, morirás sola con tu carcasa vacía y unos ojos que perdieron la expresividad tiempo atrás, tu asesinaste a tu corazón, tú y solo tú, me he sentido culpable durante este largo mes, he llegado a echar de menos el dolor de tu compañía, pero he visto la blanca luz al final del túnel, y por fin me he dado cuenta. Tu ya no eres NADA.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No puedo decirte nada más que admiro la claridad con la que has sido capaz de plasmar todo ese confuso cúmulo de sentimientos en este texto. Me he quedado sin palabras.
ResponderEliminar