martes, 2 de agosto de 2011



Una vez más me encuentro sentado frente a un flexo y una hoja en blanco, intentando poner orden a mi mente, escribiendo unas líneas en las que realmente muestro lo que pienso, parece ridículo y más que un pensamiento parece la idea difusa de un niño que en su extrema inocencia aún cree que cualquier deducción con un leve atisbo de realidad es correcta y esta dispuesto a defenderla frente a un mundo que se empeña en molestar sin preocuparle el daño que cause, pero empiezo a tener una convicción, la convicción de que este mundo esta muerto, de que el alma de la humanidad ha huido asustada por nuestra vileza y crueldad.
Me escandaliza el hecho de una superpotencia omnipresente y omnipotente que por medio del dinero, el método más eficaz de control y persuasión en un mundo como el actual, controla todo a su antojo, controla países y personas. Creando conflictos armados a favor de intereses propios o de aliados que se han apuntado a un barco que parece ser lo único que flota en medio de un mar de podredumbre, miseria y corrupción.
Me entristece ver como el hombre ha perdido el control sobre si mismo, como ha ido cayendo en su propia trampa y mediante la bien engranada maquinaria capitalista se controla a si mismo sin saberlo, como lucha y muere por el dinero en nombre de valores vacíos, en nombre de naciones sin honor. El patriotismo exacerbado como muestra, un nacionalismo que quizás en otra época habría tenido un significado, brindando a un pueblo la oportunidad de una libertad negada por un interés extranjero, pero que ahora en pleno siglo XXI en medio de un mundo globalizado a costa de la mitad pobre del mismo y en el que la diferencia entre dos países es nimia y realmente no representa nada más que la vieja idea de la separación entre dos territorios que se niegan a compartir entre si sus riquezas, por miedo a lo extraño, a lo diferente. Este tipo de patriotismo ya no tiene sentido y ha sido relegado a una posición defensora del egoísmo del país y la cual mantiene el beneficio del mismo sobre todo lo demás.
Pero hay algo que me asusta , más que la incapacidad de actuación de un pueblo al que aún a riesgo de levantar ampollas voy a calificar “hipnotizado”, más que la venta de los valores de una China que de rodillas ante el poder del dólar se ha convertido en el mayor productor de esclavos mundial, me asusta la ausencia de voces que se eleven sobre el rumor cansino de un proletariado adormecido y aburguesado. La ausencia de la figura de un líder místico e idealista como los lideres revolucionarios cubanos o rusos, con la firme determinación de cambiar un sistema que controla al hombre, explotándolo, un líder que levante los ánimos de las masas, que las haga conscientes de su hipocresía. Que haga ver al mundo “civilizado” que hay gente muriendo para concederles eso pequeños caprichos, clave en un sistema movido por una riqueza vacua, que son seres humanos que sienten , que sufren sin tan si quiera algo tan imprescindible como el agua potable .Condenados a trabajar para sobrevivir en tareas extenuantes y encaminadas a fabricar la riqueza del primer mundo, una riqueza que crea necesitad, que esclaviza a su propietario y le transforma en una mera herramienta más del nuevo dios, el capitalismo.
Un dios cruel y despótico que no se preocupa por nada más que su propia existencia y la incansable tarea de acrecentar su poder. Quiero un líder consciente de esto, alguien incorruptible que sea consciente de la necesidad de un cambio brusco en la dirección del barco, concienciado con la tarea de recoger a los marineros que han sido arrojados por la borda para que tiren mediante una soga anudada en sus cuellos, concienciado con la necesidad de dejar de contaminar un mar con los desechos del progreso y que amenaza con hundir al vanidoso barco.
Yo solo puedo decir a favor de esta causa que sea quien sea puede contar con mi voz para hacer frente al coro de mentiras y falsas lisonjas con las que los medios de comunicación, boca del capitalismo, nos llenan la cabeza todos los días .

2 comentarios:

  1. Dios Alferdo, ¿y la que da miedo soy yo?
    Tienes razón en todas y cada una de las lineas que aquí has plasmado. El dinero, por desgracia, es quien nos controla a todos a su antojo. Gana toda su importancia a causa de miles de víctimas que se esfuerzan por conseguir sobrevivir.

    Sin embargo, supongo que nada podemos hacer nosotros contra todo eso.

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  2. Tu das mogollón de miedo , pero mogollón :)
    Si que podemos, podemos y debemos organizarnos y apoyar movimientos como el 15-m , y no ser simplemente unas marionetas.

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