sábado, 30 de junio de 2012

La vereda del río.

Huyó, aquel día explotó toda su rabia, el odio arrasó los resquebrajados diques de su corazón. Mucha gente dijo que huyó porque no entendía el mundo, porque era un loco soñador que no quería encajar, yo creo que huyó porque el mundo no le entendía a él.

Se fue por el camino del río, paso a paso dejó atrás ese pequeño pueblo, escenario de su vida. No conocía otro lugar lejos de sus fronteras, pero a él no le preocupaba, conservaba en su haber su más preciada posesión, un pequeño libro de poemas.

Era joven cuando se fue, muchos aún le recuerdan como un niño, para otros era un muchacho inmaduro, para mí era simplemente él. Desde pequeño la melancolía marcó su carácter. Aunque era un joven de sonrisa fácil su corazón cargaba con el peso de miles de temores, miles de dudas que hacían tambalear la fina cuerda sobre la que discurrían sus pasos.

También se comentó que huyó intentando alejarse de los fantasmas del amor, yo sé que huyó con ellos. El caso es que huyó por el camino del río, dejando atrás la intolerancia de su pequeño pueblo, abriendo los horizontes al mundo. Recuerdo que le vi marchar, en sus ojos brillaba la llama de la esperanza.


Dulce sinsentido, trágica condena.


Un ruido sordo,
un lamento mudo.
Dolor en silencio,
traición en invierno.

Su frío me acecha,
me sigue, me envuelve,
anuda sus brazos y me estrecha,
poco a poco se extiende.

El espejo ya no me mira,
su reflejo ya no me anima.
La metamorfosis comienza,
las garras son caricia.

Pensamientos envenenados,
anhelos enjaulados.
Cerrados con jaulas de hollín,
sellados bajo su carmín.

Se cual será mi condena,
pero mi alma es traicionera.
Mi espíritu afloja correa,
mi boca busca sus labios.

sábado, 23 de junio de 2012

Tesela.

Sonido de muerte hace vibrar mis tímpanos, el mosaico de la vida aparece ante mis ojos destrozado por el impacto de los segundos. Las teselas caídas cubren mis pies, parecen brotar del suelo como flores marchitas, flores cuyo efluvio está cargado de ansias de vivir, flores que nunca florecerán. Son solo capullos cargados de esperanzas sin fundamento, capullos cargados con el peso de miles de sueños rotos que tarde o temprano quebraran sus tallos.

Comienza a oscurecer, los ecos del ocaso vibran insistentes en las descoloridas vidrieras. Su luz anaranjada es arrojada a mis pies, escupida por un dios para reírse de mí con su brillo, recordándome la oscuridad que tiñe mi pecho. Mi sombra crece, ocultando la sala por completo, cubriendo con un manto de tinieblas cada recoveco. Oculta todo otorgando un momento de respiro a mi torturada alma. Solo el silencio de la oscuridad acalla las voces que torturan mi mente, las voces que claman sedientas de sangre. Su inquietante murmullo se desvanece por completo, solo los acordes de un pensamiento zumban en mi mente, como una melodía in crescendo su rumor toma el control de mis actos, la duda desaparece.

Siento su contacto frío entre mis dedos, acaricio el gatillo y situándola suavemente en mi sien disparo.

El cuerpo cae a plomo sobre el suelo, salpicando las teselas con su sangre. La oscuridad desaparece, las teselas comienzan a brillar, comienzan a florecer desembarazándose del peso del fracaso. Despacio vuelven a ocupar su lugar en el mosaico de la vida, todo vuelve a cobrar sentido.
Lamentablemente, demasiado tarde.



martes, 12 de junio de 2012

Miseria vital.

Gritar cuando el silencio es dueño de la calle. Romper la dictadura del susurro para con un requiebro de voz decir todo aquello que tu corazón calla. Aullar a la luna, aullar a las estrellas suplicando que iluminen la fría noche para poder ver más allá de las sombras. Aquella noche desgarre mi garganta, la vibración de mis cuerdas vocales alcanzó sus oídos, lo sé. Es imposible que no lo hicieran, pues esa noche hasta la luna se dignó en mirarme.

Cuando las sombras dominan el alma solo el odio puebla la mente. El ímpetu de mi corazón marcas las horas al son del deseo prohibido. La fantasía cobra fuerza en mi cabeza, difuminando la realidad en el lienzo de la vida. No recuerdo ya lo que significa la certeza, los recuerdos se diluyen en el eco de aquel grito.

Paso a paso tomo conciencia de que solo puedo asegurar mi locura. Solo puedo concretar mi mente perdida en un mar de imágenes y sensaciones. Acallo la voz de la razón, solo me produce dolor de cabeza. Hoy tomo mi deseo como realidad, mi locura como certeza de mi existencia. Hoy liberaré a la bestia para que desgarre las conexiones de mi cerebro que me sujetan al odio, al rencor. Hoy liberaré mi alma.

Las correas de la bestia restallan dentro de la jaula, los barrotes corroídos por el rencor y el miedo tiemblan, débiles, ante el empuje de la verdad, tiemblan ante los colmillos de la bestia. La puerta se abre y las garras de la bestia se estrellan en mi cerebro, rompen y destrozan cada palmo para dejar espacio a mi nuevo “yo”, rompen y destrozan cada fibra de mi ser mezquino para abrir el camino a la locura, a la verdad que encierra el caos.

El aullido de la bestia reverbera en la noche, la luna ilumina mis colmillos de los que pende, titubeante, una gota de sangre fresca.



domingo, 10 de junio de 2012

"Solo silencio."



Primero un grito, después un crujido,
primero un salto, después descenso,
primero viento, después silencio.

Los acordes de la locura
resuenan en el barranco.
Muerte y cemento
sobre el cadáver de la cordura.

Primero alegría, después impotencia,
primero destino, después vacío,
primero vida, después silencio.

Una hoja marchita cubre su sepultura,
un olmo herido acompaña su soledad,
tristes tonalidades pardas
tiñen su escritura.

Primero luz, después ceguera,
primero esencia, después nihilismo,
primero lucha, después silencio.

La vida llora a su alrededor,
la muerte honra su esplendor.
Es el monumento a la verdad,
es la lápida del suicida.

Primero caos, después tranquilidad,
primero rígida muleta, después fragilidad,
primero aire, después silencio.



domingo, 3 de junio de 2012

Vuelve




Respira, toma conciencia.
Aún vives, aún palpita.
Tu mente conserva su esencia,
tus venas aún bombean tinta.

Respira, abre los ojos.
Aún no te ha alcanzado.
Te alejas con andar de cojos,
te alejas renqueando de su lado.

Respira, vuelve a la luz.
Aún queda esperanza.
Deja de cargar con su cruz,
deja de sufrir por añoranza.

Respira, no te duermas.
Aún percibes su fuerza.
No permitas que te lleve a rastras,
no permitas que te venza.

Tranquilo mi niño,
no huyas de mi lado,
vuelve conmigo,
no huyas mi amado.

Respira, no escuches.
Aún te tientan sus palabras.
Olvídate de sus noches,
olvídate de sus curvas.

Respira, abandona la huida.
Aún me amas.
Vuelve entre mis sábanas,
vuelve a la vida.