domingo, 27 de octubre de 2013
Esencia
Es complicado encontrar un lugar en un sitio como este, donde las esperanzas son vanos destellos que palidecen y se sumergen en un mar de caos y terror.
Nunca es posible olvidar que estas vivo y que día a día cumples tu penitencia, día a día la maldición de tu existencia nos acerca poco a poco al don de la mortalidad. Los párrafos que escriben nuestros latidos hacen poca mella en el universo. Arañan su rostro, dejando leves surcos por los que caminamos, apresurando nuestro paso, porque desaparecen tras nosotros obligándonos a avanzar. Siempre avanzando, pero si paras un segundo y preguntas hacia donde te dirigen tus pasos, el universo cierra sus fauces sobre tu cuello, oprimiendo inexorablemente, imparable te sume en el caos que conforma su esencia.
Si la neblina de la vida te envuelve solo queda abrirse paso a golpes, arrastrar tu cuerpo entumecido a través de la tormenta, aguantar impactos y ensangrentado alargar la mano hacia cualquier asidero donde afianzar el estandarte de tu alma, firmemente, ondeando contra el huracán que arranca pedazos de tela, sumergiendo tu vida en una caída libre.
Otra vez obligado a luchar por no desaparecer en la nada, luchando por alcanzar el don de la mortalidad lentamente, intentando alcanzar un fin donde encontrar el sentido de tu esencia antes de desaparecer sin dejar rastro.
Solo luchamos por luchar, nuestro espíritu ansía la dinámica, el cambio constante al que adaptarse intentando no perder nuestra esencia en la guerra eterna entre nuestro espíritu y el universo.
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